mércores, 6 de maio de 2015

Miguel/Lena. 'Cara a cara'

Rue Saint-Antoine nº 170
Fotografía. La galería About-Art, en sus instalaciones de la calle Pasantería de Pontevedra, nos ofrece uno de esos maridajes que solo el arte puede alcanzar. El fruto de un trabajo conjunto de varios años de encuentros, ideas, sueños, imágenes... que se posan ante la cámara de Miguel Vidal y que tras el aporte de Lena Panciuc ofrecen una nueva vida.


Hace tres años que una joven rumana, Lena Panciuc, llegó a Pontevedra gracias a un programa Erasmus. El fotógrafo pontevedrés Miguel Vidal la conoce y la emplea como modelo para algunas de sus fotografías. La relación se afianza y el fotógrafo advierte en ella, pese a su juventud, una enorme riqueza artística. Dibujo, grabado, danza... son algunas de sus habilidades y las que poco a poco van convergiendo en los intereses fotográficos de Miguel Vidal como una inspiración capaz de engrandecer el trabajo de este extraordinario fotógrafo de nuestra ciudad. El fruto de ese encuentro entre artistas, y que en base a sus componentes vitales, diferencias generacionales o inquietudes podría parecer sumamente alejadas entre sí, es el que podemos contemplar hasta el 8 de mayo en la galería About-Art de Pontevedra. Un conjunto de fotografías seleccionado como una ínfima parte de las más de diez mil imágenes tomadas a lo largo de esos tres años,  y esculturas, en perfecto diálogo con las imágenes, en las que se condensa la materialización del universo onírico de Miguel Vidal.
Todo gira en torno a esa mujer elegida como musa, y no solo como inspiración, sino también como reencarnación de una especie de personaje que en sueños aborda la mente creadora de Miguel Vidal. Corporeizar aquello que se sueña, sintetizar en el cuerpo de una mujer ese viaje íntimo desde las ideas a los sueños, es el gran reto del fotógrafo que ve como esa musa en vez de simplemente ser una pose es una prolongación de ese deseo suyo por captar un pensamiento.
Se convierte desde ese momento en una especie de defensa, un personaje que funciona como un escudo frente a una realidad a la que hay que distraer ocultándose, generando máscaras que nos defienden de esa realidad tantas veces incómoda. Entrar en esta exposición es formar parte de los sueños de Miguel Vidal y también de una complicidad entre dos creadores en plena efervescencia. Una sintonía capaz de provocar todo un discurso artístico que parte de la fotografía pero que se evade por otros territorios como lo puedan ser el de la escultura o el de la poesía. Junto a esas imágenes y al lado de de esas piezas, están dispuestas una serie de poemas escritos por Lena Panciuc ya desde la Rumanía a la que ha regresado. Poemas que, con títulos como ‘Accesorios para convertirse en una musa’, ‘Ingredientes para una foto’, ‘Cara a cara’, ‘Hogar’, ‘El tiempo’, ‘En el cuarto’ o ‘Ensimismamiento’ reflexionan sobre ese contacto entre ambos creadores, todo un proceso de diferentes vaivenes, de silencios y procesos. De tensiones y agotamientos... de una relación que, como un proceso temporal, se va mostrando en las diferentes fotografías de la exposición que se han seleccionado como mapa de ese proceso a través de imágenes del comienzo de la relación, de un punto intermedio y las últimas fotografías realizadas.

‘Cara a cara’, que es cómo se titula la exposición, acaba siendo una especie de enseñanza sobre aquello en lo que puede derivar una relación entre dos creadores, una síntesis hoy en día demasiado abandonada quizás por los egoísmos propios, cuando a buen seguro Miguel Vidal aprendió mucho de Lena Panciuc y Lena Panciuc lo mismo de Miguel Vidal, y revalida algunas otras relaciones entre creadores con felices consecuencias y aportaciones al mundo del arte. ¿Quién no recuerda parejas que también se movieron alrededor de la fotografía como la de Man Ray y Lee Miller? Dos talentos que llevaron su virtuosismo hacia una experimentación común, una retroalimentación de sus propios idearios que se vieron reabastecidos con los componentes de su colega de exposición.
Las horas en el estudio y el contacto entre dos personalidades son siempre vivero para resultados fascinantes. Leer esos poemas como el diario de una travesía sin un destino fijado de antemano, mientras se ven las diferentes series de imágenes es un ejercicio fascinante, lo que convierte esta exposición en un interesante reto para el espectador que se ve inmerso, una vez que entra en About-Art, en lo que se convierte en un triángulo de obsesiones. Y dentro de ese triángulo, al observar las imágenes, detectamos aspectos como los derivados del miedo, la necesidad de una protección, la soledad, la inocencia, el paso del tiempo... a través de una imágenes técnicamente impecables en las que Miguel Vidal es capaz de corporeizar todo ese universo onírico, un feliz cauce de expresividad que Miguel Vidal se ha empeñado en recuperar para que sea visible una vez convertido en discurso artístico.

Como ese libro que se retuerce en sí mismo, con sus páginas blancas, vacías de contenido, presente solo la mancha del vino derramado como rastro humano, como exaltación de la presencia común de los dos protagonistas, pues así la vida se va también configurando, curva a curva, página a página, en las que poder plasmar esas existencias que van de lo vivido a lo soñado, dos universos que forman parte de uno solo y cuya relación pocos, como los artistas, son quien de sintetizar en un discurso elaborado que, además, como en este caso, se convierte en belleza, a buen seguro el fin último de Miguel Vidal y tantos otros creadores. La reconfortante belleza.




Publicado en Diario de Pontevedra 04/05/2015
Imágenes. Miguel Vidal

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