martes, 30 de setembro de 2014

La muerte en la metrópoli



La briosa editorial Periférica nos lleva proponiendo en su catálogo de autores varios trabajos del americano Thomas Wolfe (Asheville, 1900- Baltimore, 1938). Títulos como ‘El niño perdido’, ‘Una puerta que nunca encontré’ y ‘Especulación’ lo han convertido en uno de los autores fetiche de esta editorial que tan bien está trabajando en la recuperación de textos ignorados y olvidados en nuestro país, poseedores de una indudable calidad que, tras su lectura, no se entiende cómo han podido ir languideciendo entre otras publicaciones de mucho menor peso.
En esta ‘Hermana muerte’ el escritor nos sitúa en una bulliciosa metrópoli, en ese Nueva York a punto de convertirse, sino lo era ya, en el centro del mundo occidental. Allí, su protagonista se convierte en testigo de cuatro muertes con el inapelable marco de la ciudad. Cuatro muertes que permitirán al autor analizar ese hecho inevitable en el devenir del ser humano y la respuesta de este ante esa ‘hermana muerte’. Todo ello también le ofrecerá a Thomas Wolfe la oportunidad de aproximarse a ese nuevo mundo vertiginoso que mudaba de la noche a la mañana y en el que los cánones de belleza rugían entre inmensos edificios y automóviles que simbolizaban, como pocos elementos, el paso de los polvorientos caminos de antaño al asfalto de la nueva tribu urbana.
Las muertes, que acaecen bajo las más diversas circunstancias, se sitúan en los nuevos espacios urbanos. Rascacielos, el metro o el asfalto son el nuevo hábitat de un hombre que responde de las más diversas maneras ante la muerte. Las miradas o las actitudes de aquellos que presencian tales hechos mueven a la reflexión del protagonista sobre cómo ese mundo moderno acoge el óbito de sus semejantes. Todo ello se nos transmite, y aquí es donde radica la importancia del autor, de una manera llena de cualidades literarias, con un lenguaje que entremezcla la duda con la belleza extraída de esa nueva visión de lo contemporáneo. Es la mirada de un joven vibrando ante lo que sucedía a su alrededor y que solo era frenado, durante unos breves segundos, ante la abrupta irrupción de la muerte, aunque en ocasiones, la insensibilidad del hombre le lleve a ignorar muchas de las cuestiones humanitarias que surgen a su alrededor. Algo que todavía estaba en pañales, si lo comparamos con nuestro mundo de hoy, pero en aquel momento Thomas Wolfe ya vislumbraba donde podía terminar ese atisbo de mezquindad de un hombre tantas veces lobo para el propio hombre.
Si en ‘Especulación’ ya se marcaba el crecimiento de la nueva ciudad, ahora, Periférica y Thomas Wolfe ponen en nuestras manos cómo el hombre se mueve en esa nueva cárcel donde la ‘hermana muerte’ está presente.

Publicado en Diario de Pontevedra y El Progreso de Lugo 14/09/2014

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