martes, 6 de agosto de 2013

El día después...el triunfo total


Vaya por delante el gran encierro que la ganadería de Victoriano del Río ha enviado ayer a Pontevedra. Y es que con toros, todo es mucho más fácil. Todos ellos de gran nobleza, repitiendo la embestida, y siguiendo siempre el camino marcado con la franela.
Todavía por los tendidos se rastreaba la emoción morantista del sábado. Como si el público volviese al lugar de los hechos para comprobar que aquello había sido realidad. Lo fue, pero con la salida del primer toro de la tarde, el halo del duende sevillano se esfumó ante el trote de un colorado de nombre ‘Durmiente’. Curioso para un gran toro, que de dormir ná de ná. Todo en él era trote y embestida. Una y otra vez. El toro soñado por cualquier torero diría El Juli, y el sorteo, en el que el propio matador estuvo presente en la matinal del domingo, le había deparado ese regalito.
Ya ha pasado definitivamente a la historia aquel torero al que el público idolatraba por su desparpajo ante el toro, ahora, hoy, El Juli es un torerazo que no le cabe en el pecho. De principio a fin compuso una gran faena, con grandes tandas con el capote y un inicio de faena con los pies juntos que ya hacía presagiar las virtudes y el empeño de ambos por que la tarde no fuese en balde. Largos muletazos con la mano derecha que se prolongaban con el cambio de mano. Mientras, ‘Durmiente’ seguía trotando como un cervatillo pese a sus 520 kilos. Unas manoletinas para cerrar la faena y El Juli, ya cargaba su ‘cañoncito’. El público comenzaba a insinuar el perdón para el de ‘Cortés’, pero cuando El Juli carga el arma, no hay marcha atrás. Espadazo. Su muerte, con la boca cerrada y permaneciendo en pie durante varios minutos, fue un canto épico a la bravura de este género animal, premiado con el emocionante aplauso de una plaza en pie mientras se le daba la vuelta al ruedo.
Dos orejas que El Juli completó con otra en el cuarto, en una faena de menor transmisión, pero a la que el torero no renunció tras lo hecho a su primero, mostrándose muy codicioso. Otra portentosa estocada dejó el apéndice en sus manos, pese a la tardanza del presidente en su concesión, situación que se repitió en alguna otra ocasión, reacio al clamor de pañuelos en los tendidos.
Miguel Ángel Perera dejó también impreso su nombre en una plaza en la que no le habían ido demasiado bien las cosas. Pero estos toros permitían muchas cosas y el pacense evidenció su gran temporada con un emocionante toreo de pies muy quietos, sin apenas moverse del sitio, con extraordinarios y vistosos quites y pasándose a sus oponentes muy cerca. Unos muletazos largos, largos, largos, mecían al toro de punta a punta y con el buen manejo de la espada consolidaron el triunfo.
Alejandro Talavante no iba a ser menos y si la primera faena fue más cómoda, en la segunda realizó un gran esfuerzo ante el toro más flojo de la tarde. Inventándose una lidia de temple y lentitud que se cobró magníficos pases. Una de esas faenas de mérito y que como la de ayer, permitieron que tres toreros salieran a hombros.


LA FICHA
Toros de la ganadería de  Victoriano del Río. Primer Segundo y quinto, del hierro Toros de Cortés. Gran encierro. Los cuatro primeros aplaudidos en el arrastre. Al primero de ellos se le premió con una vuelta al ruedo.
Julián López 'El Juli'. De lila y oro. Espadazo ligeramente desprendido (dos orejas), Gran estocada (oreja).
Miguel Ángel Perera. De turquesa y oro. Pinchazo, Estocada levemente ladeada (oreja), Gran estocada (oreja).
Alejandro Talavante. De añil y oro. Estocada desprendida (oreja), estocada y descabello (oreja).
Segunda corrida de la feria de A Peregrina. Poco más de media entrada. El festejo estuvo presidido por José Manuel López Sánchez, que contó con el asesoramiento de Juan Ocampo como veterinario y Carlos Ares en el apartado artístico.


Publicado en Diario de Pontevedra 5/08/2013

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